Después de tres números ya deberíamos habernos perfilado. Algo del perfil debemos mostrar. Del III al IV, hay un número más y si algo se mantiene son
las intenciones de seguir probando. Algunos le han tomado el gusto, nuevos colabradores se suman a la degustación.
Repaso el número completo en busca de alguna unidad menos caprichosa de la del gusto. Si me preguntan es el número más maradoniano que hemos hecho. O el más nacional y popular, con Fiestas reales e imaginarias: como si festejáramos con el número 4 que, además de saber la nacionalidad del creador (por lo menos del creador del gol a los ingleses: con dos apariciones) sabemos su secreto nombre compuesto de cuatro letras. Cantamos ¡Tetragrámaton! Como si cantáramos ¡Eureka! o ¡Bingo!
Basta de numerología. Los destinos de la
publicación son inextricables y por más que haya una intención de cubrir ciertas zonas, nunca sale parecida, asoma la revista el perfil, pero la foto sale corrida.
Tomamos el espacio como superficie de juego, ensayo, experimentación. Esperemos que para los lectores sea, también, una superficie de placer.
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